sábado, julio 28

BREVE HISTORIA DE LOS JUEGOS OLIMPICOS




Los Juegos Olímpicos nacieron en Olimpia con un carácter sagrado; se trataba de festivales dedicados al dios Zeus dentro de un recinto religioso. En ellos surge una incipiente conciencia nacional de tipo panhelénico que se conserva a través de los siglos. En estos festivales se unían a la religión las pruebas deportivas, la música y certámenes literarios para honrar a los dioses de la antigüedad.
Los primeros Juegos Olímpicos de que se tiene constancia tuvieron lugar en el 776 a.C. y desde entonces se fueron sucediendo cada cuatro años hasta el 393 d. C., fecha en la que el emperador romano Teodosio decidió suprimirlos por su carácter pagano. La suma total es de 293 Olimpíadas, es decir, numerosas ocasiones en las que los griegos acordaron renunciar a la guerra para encontrarse con el objetivo de rendir culto a los dioses del olimpo midiendo sus fuerzas de manera pacífica y reglamentada. En Grecia no eran los únicos certámenes, pero tan importantes fueron éstos que se convirtieron en el punto de partida del calendario heleno.

Siempre se celebraban durante la segunda o tercera luna llena después del solsticio de verano. Meses antes de su comienzo los heraldos recorrían las ciudades anunciando la fecha de su comienzo, seleccionando cada ciudad sus representantes. Un mes antes comenzaba la tregua sagrada durante la cual se paralizaban todos los conflictos bélicos; teniendo en cuenta que si se violaba esta paz, no se podía volver a participar.
Quienes acudían a Olimpia durante aquellos días eran espectadores y protagonistas del mayor espectáculo de la Antigua Grecia. Uno de los momentos más importante de los Juegos se producía al comienzo del festival con la hecatombe o sacrificio de cien bueyes en honor a Zeus justo delante de su templo y el momento culminante era el final de las competiciones con la coronación de los vencedores al final de los juegos con una corona de olivo; éste era el único premio que recibían allí, pero luego en sus ciudades recibían todo tipo de honores.
Los participantes eran exclusivamente hombres libres que no hubieran cometido ningún crimen. Las mujeres no podían participar como deportistas e incluso las mujeres casadas ni como espectadoras porque los atletas competían desnudos.
Durante 11 siglos, Olimpia se convirtió en el eje del deporte mundial y punto de referencia para los juegos de la posteridad.


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