sábado, enero 18

HIPATIA, LA ULTIMA CIENTIFICA DE LA ANTIGUEDAD

¿Sabias que Hipatia,la última cientifica de la antiguedad, fue asesinada por fanaticos misóginos?

Esta brillante mujer nació en el año 370 D.C. en Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno, en una época en la que las mujeres disponían de pocas opciones y eran tratadas como objetos en propiedad.

Era hija del celebre matematico Teón. Al ser un hombre dedicado en cuerpo y alma a la ciencia quiso que su hija cultivara de acuerdo con la usanza de la cultura griega, tanto su mente como su cuerpo, por lo que insistió que su hija dedicara las horas de la mañana al ejercico físico,  para en la tarde concentrarse en el dominio de disciplinas tales como la filosofía, la matemática, la música y la observación de los astros.
Hipatia,se movió libremente y sin afectación por los dominios tradicionalmente masculinos.

Fue una matemática, astrónoma, física, comentarista de Euclides y Tolomeo,  jefe de la escuela neoplatónica de filosofía y el último científico que trabajó en la famosa Biblioteca de Alejandria: un extraordinario conjunto de logros para cualquier individuo de cualquier época.

Dotada de singular belleza y de gran talento, consiguio levantar el espiritu decaido de aquella época.

Tuvo muchos pretendientes pero rechazó todas las proposiciones matrimoniales y esto en su época era inaudito. Se dedicó a alimentar su mente y a convertirse en una erudita.

Escribió varios documentos como un comentario al "Canon astronómico de Tolomeo", otro a la "Secciones cónicas de Apolonio de Pérgamo" y otro sobre el "Canon Astronómico de Diafanto" -convertido este último en un texto de consulta obligatoria para los astrónomos de su época y donde se habla de ecuaciones de primer y segundo grado.

También logró varios inventos entre los que destacan el astrolabio (instrumento que se usaba para determinar el movimiento y la posición de las estrellas), la esfera plana, y el aerómetro (instrumento que mide la densidad del aire u otros gases).

De su escuela salió Sinesio de Cirene, obispo de Tolemaida, quien le pedia consejo antes de publicar su obra.

La Alejandría de la época de Hipatia —bajo dominio romano desde hacía ya tiempo— era una ciudad que sufría graves tensiones.
La creciente Iglesia cristiana estaba consolidando su poder e intentando extirpar la influencia y la cultura paganas.
Esto presentaba una pugna de intereses, pues para la nueva doctrina religiosa, el conocimiento como el de Hipatia era pagano.

Cirilo, el arzobispo de Alejandría, la despreciaba por la estrecha amistad que ella mantenía con el prefecto romano Orestes y porque era un símbolo de cultura y de ciencia, que la primitiva Iglesia identificaba en gran parte con el paganismo.

A pesar del grave riesgo personal que ello suponía, continuó enseñando y publicando, hasta que en el año 415, cuando iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanática de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, rompieron sus vestidos y, armados con conchas marinas, la desollaron arrancándole la carne de los huesos. Sus restos fueron quemados, sus obras destruidas, su nombre olvidado.

Cirilo fue proclamado santo.

Su vida ha dado lugar a una copiosa producción histórica y novelesca, en la que destaca la obra Hipatia, de Ch. Kingsley.

- PD.: La figura de Hipatia de Alejandría, joven matemática y filósofa brutalmente asesinada por fanáticos cristianos, marca un punto de inflexión entre la cultura del razonamiento griego y el oscurantismo medieval. Como pasa con muchos sabios de la Antigüedad, se sabe poco de su vida, pero sí lo suficiente como para considerarla un icono de la sabiduría y una mujer adelantada a su tiempo, que llegó a ser directora del Museo de Alejandría por méritos propios en un mundo masculino que dejaba pocas oportunidades a la formación y libertad de las mujeres.

Griega por su educación y cultura, egipcia por la ubicación de Alejandría y romana porque en su época la ciudad del delta del Nilo formaba parte del Imperio Romano, Hipatia nació en el año 370, aunque algunas crónicas sitúan su nacimiento en 355. De su madre no hay ninguna referencia, pero su padre fue el famoso Teón de Alejandría, gran filósofo y matemático de la época cuya mentalidad permitió que Hipatia llegara a ser lo que fue. Teón la educó desde niña para hacer de ella un individuo completo según el ideal griego, un ser humano que cultiva tanto el cuerpo como la mente y reúne sabiduría, belleza y razón. Así, el ejercicio físico y los baños relajantes se combinaron en la formación de Hipatia con el cultivo de las artes, las ciencias y la música. Además, para completar su educación viajó a Roma y Atenas, donde estudió filosofía, astronomía, matemáticas, física y lógica.

De vuelta en Alejandría pasó a trabajar en el Museo, una especie de universidad de su tiempo, donde llegó a superar a su padre en conocimientos. Algunos historiadores creen que muchos escritos atribuidos a Teón fueron en realidad obra de su hija. Hipatia contribuyó a la invención de aparatos como el astrolabio y el aerómetro, defendió el heliocentrismo e hizo estudios sobre el peso específico de los líquidos y sobre geometría euclidiana. Como filósofa, fue una abanderada del pensamiento neoplatónico. Su talento y dedicación fueron recompensados con el puesto de directora del Museo.

El problema es que Hipatia era pagana y las fuerzas vivas del cristianismo, convertido desde el 391 en religión oficial y única del Imperio Romano, consideraban todo lo pagano, incluido el conocimiento científico, como perseguible. En tiempos del obispo Teófilo se intentó destruir todo lo que no viniera de la Biblia, como los libros y los templos helénicos. Hubo revueltas y muertes y muchos paganos se convirtieron ante la presión que sufrían. Hipatia se negó e inicialmente salvó el pellejo porque el gobernador romano la ayudó frente a la jerarquía cristiana. Pero el nuevo obispo de Alejandría, Cirilo -luego canonizado por la Iglesia-, la tachó de bruja y hechicera, y se cree que estuvo detrás de su trágico final: en 415, Hipatia fue golpeada, desnudada, violada, arrastrada por la ciudad y, finalmente, asesinada por los parabolanos, un grupo de monjes integristas.

La Ilustración rescató la figura de Hipatia del olvido, considerándola una de las primeras víctimas del fanatismo religioso y la última gran sabia de la Antigüedad.


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