jueves, septiembre 11

BAILES DE LA ZONA CENTRAL DE CHILE

La zona central es la zona del huaso. Sus valles templados y fácilmente adaptables a la ganadería hicieron que los españoles los tomaran como principal lugar de colonización y pudieran adaptar sus costumbres sin fuertes cambios inmediatos.

Tres de las primordiales expresiones del folclor musical chileno son: la tonada, el canto a lo poeta y la cueca, esta última, convertida en el Baile Nacional de Chile, y las restantes cubren también una vasta zona del País.

Es imprescindible recordar que existe una familia musical de la tonada; esto es, una agrupación de especies de distinta función social, pero que reúnen las mismas características musicales. A ella pertenecen el esquinazo, los parabienes, el romance, el villancico, fuera de la tonada común.

Estos son algunos de los bailes más tradicionales de la zona central de nuestro país: 

- La Refalosa: Se cultivó en el Perú y Argentina. Entró a Chile desde Lima alrededor de 1830.

El 17 de julio de 1848 se le hizo un beneficio a José Zapiola, y en el programa figuran nuevas Refalosas, lo que indica su ascensión a los escenarios, a los tabladillos escénicos.

Zorobabel Rodríguez, en su "Diccionario de Chilenismos", publicado en 1875, dice que la Refalosa se bailaba en las chinganas junto a la Cueca. También se baila en Chiloé con sus toques propios de la zona. 

- El Aire:  Seguramente de origen español, tuvo asiento en Argentina, Chile, Cuba y Venezuela.

Este baile fue muy popular en Chile por los años 1840. Han dejado descripciones Blest Gana, Ruiz Aldea, Benjamín Vicuña Mackenna y J. Abel Rosales.

Quien mejor trata esta danza es el argentino Carlos Vega, en "Danzas y Canciones Argentinas", ya que ésta se dispersó de Argentina a Chile.

En los últimos tiempos ha sido retomada. Se baila al tenor de estrofas que ofrecen diversas variaciones.

- El Cuando: Danza aristocrática europea, importada hacia 1800, que se avecindó en la Argentina. Llegó a Chile, en 1817, debido casi exclusivamente a la interpretación que de él hiciera el General José de San Martín y su difusión se debe a los oficiales del Libertador.

Fue bailado intensamente en la época de los pipiolos (1820). Este baile tuvo figuración en 1910 en las fiestas del Centenario de la Independencia.

El Cuando se baila entre muchos. Es escobillado y redoblado.

- La Mazamorra: Su nombre deriva posiblemente del paso mazamorreado que suele caracterizar esta danza, cuya simple coreografía nos sitúa el pensamiento de dos gavilanes que rodean una paloma.

Conocido generalmente como baile sureño, se han encontrado versiones de esta danza en otras regiones de Chile, No es posible, como ocurre en algunas danzas, precisar su origen y antiguedad, por carencia de noticias. Su estilo guarda relación con otras danzas, pero su nombre y su forma se han ido sepultando en el olvido.

En esta Danza los bailarines se moverán incesantemente "para que no se pegue", describiendo graciosos movimientos, presentándonos la forma como dos hombres conquistan una mujer, pero no dentro de un ambiente de competencia o rencilla. Extraña forma, lo que nos hace pensar en lo cerca que puede estar esta danza de los chapecaos.

La versión musical y coreográfica presentada, corresponde a una recopilación de Clemente Izurietas quién la encontró en la zona de Traiguén.

- El Pequén: Este simpático baile folclórico chileno de raíz netamente popular, se baila de distintas maneras, según su región de origen; y es así como se conocen dos versiones: El Pequén Gañan, originario de Chiloé, y el Pequén Campesino, bailado en la zona central. Ambos guardan mucho parecido en algunos de sus pasos y figuras, como asimismo en la actitud de los bailarines por lo cual sólo explicaremos el Pequén Campesino, basándonos en la versión de Ismael Navarrete, recogida por Margot Loyola en Cauquenes. 

Este baile está clasificado entre los "zoomorfos", porque en su interpretación se imitan los movimientos y características de un animal, en este caso "el pequén", pajarillo de nuestros campos, de aspecto tímido apocado. Tanto el varón como la dama adoptan un aire vergonzoso y encogido, queen nuestro folclore se expresa con el término de "apequenado" Los brazos caen sin mayor gracia a los lados del tronco, moviéndolos con suave aleteo y con elevación de los hombros en algunas figuras; la cabeza gacha, el pañuelo que cuelga de la mano, sin ondulación, y las piernas semiflectadas, colaboran para que los danzarines luzcan la actitud característica de esta danza.

 - La Sajuriana: Esta danza, que todos conocemos como Sajuriana, aunque otros la llaman Secudiana, Sejuriana o Sajuria, fue recogida por Margot Loyola en el Valle de Alico. provincia de Ñuble, Octava Región, en el pueblo de San Fabián y sus alrededores.

Tiene una estructura formada por dos partes: la copla y el estribillo respectivamente. Las parejas bailan separadas y con pañuelos enarbolados al aire, de arriba a abajo. En esta danza cada bailarín improvisa la cadencia de sus movimientos rítmicos. Se baila entre dos, zapateando y escobillando el suelo y, al igual que en la "Cueca" también se usa pañuelo.

Esta danza fue traída de Argentina por el Ejército Libertador y aquí se entronizó en los salones aristocráticos, conservando por mucho tiempo el ritmo lento-vivo que observamos en la versión original recogida por Carlos Vega. Pero, con el correr de los años abandona los salones y pasa al pueblo, que la hace suya, y despojándola de sus galas aristocráticas se imprime el sello de vivacidad y gallardía que conserva hasta nuestros días.

Existe mucha diversidad en la forma de escribir el nombre de este baile, y así la encontramos bajo la denominación de Sijuria, Sanjuriana y otros. Actualmente se la conoce por SaJuriana, pudiéndo escribirse indistintamente con S o con Z.

Según Margot Loyola, en su libro "Bailes de Tierra en Chile": "... en la provincia de Colchagua escuché los nombres propios de Sinjuriano y Sijurino. En Coquimbo: Sanjuriana, Sanjuanina y Sanjulián. En Maule: Securiana, Securia o Sacuria. En Ñuble: Secudiana: en Chiloé: Sajuria." (Loyola, 1980).

Danza popular en el siglo XIX. Aparece en Argentina poco antes de 1815. En 1817, llega a Chile desde Cuyo, traída pot el Ejército Libertador del General San Martín. Danza elegante de salón, de la promoción grave-viva que en nuestro país, junto con otorgarle carta de ciudadanía, la transforma en picaresca o apicarada, apresurando su tiempos agregando pañuelo, zapateo y escobillado.

Danza de pareja suelta, independiente con pañuelo. Predominó desde Coquimbo a Chiloé.

- El Sombrerito: Según Carlos Lavín, procede del Perú. Danza popular en el siglo XIX. Convivió en los salones de esa época con otros de sociedad como la Polka, la mazurka, el vals Boston y la Habanera.

Danza de pareja suelta con leve enlace de brazos. Independiente. Debe su nombre al sombrero, implemento imprescindible en la ejecución de la danza (Loyola, 1980).

Desde la Serena hasta Concepción, según los exiguos documentos escritos y datos verbales.

- La Porteña: Es un baile cuya no vigencia. limita considerablemente análisis, ya fue incluido en la segunda serie de discos del Instituto de Investigaciones del Folclore Musical, antecesor del actual, en I944, titulada Aires Tradicionales y Folclóricos de Chile. Ambas versiones tienen la misma melodía.

Por su métrica corresponden a la familia de la cueca, también coreográficamente comprobado en el presente ejemplo (aunque el hombre usa un solo tipo de paso, con saltos y cruce alternados de pierna y la mujer un suave escobillado), y las muletillas obligadas parecen ser las expresiones: ay, señora y hay búscala; la segunda, no encontrada hasta ahora en otros bailes.

Las diferencias de la versión que nos ocupa y las de los aires radican en el ritmo, francamente de refalosa en la última, y en el número de bailarines de Ias dos descripciones hechas por Eugenio Pereira en el folleto que acompaña la grabación antigua, aumentado a tres y cuatro en ellas, lo que determina sus cambios coreográficos, que nos hacen pensar en el calladito -cueca de tres- y la mazamorra --de dos parejas interdependientes-.

La cuarteta inicial se desarrolla mediante la fórmula a, b, b, -frases de tres compases cada una--, repetida textualmente dos veces. En la seguidilla, cada una de estas frases antepone un compás, convirtiéndose a´ y b´, duplicadas. En el pareado aparece a´.



EL HOMBRE IMAGINARIO

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

(Nicanor Parrra)