lunes, enero 27

FRASE DEL DÍA


 


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SIN PALABRAS


 


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BIOGRAFÍA: EUGÈNE VIOLLET LE DUC


Arquitecto, restaurador y teórico de la arquitectura francés, uno de los grandes teóricos y de los impulsores del estilo neogótico, nacido en París el 27 de enero de 1814 y muerto en Lausana el 17 de septiembre de 1879.

- Vida: Miembro de una familia acomodada, su padre era un alto funcionario encargado de las residencias reales. Su domicilio familiar se encontraba en el segundo piso de la Rue de Chabanais, en un inmueble construido por su abuelo materno, contratista de cierta importancia. En este mismo edificio residían pintores, escritores y algunos miembros de su propia familia, personas dedicadas igualmente al arte, como su tía, casada con el pintor Théodoze Cleramburg, o su tío, Etiéen-Jean Delécluze, discípulo de Jacques-Louis David.

Viollet-le-Duc creció dentro de un intenso ambiente cultural. Su padre, poeta aficionado, había formado una magnífica biblioteca y su casa era sede, una vez por semana, de una velada literaria; igualmente su tío Delécluze celebraba reuniones culturales, en las que Viollet-le-Duc entabló amistad con Prosper Mérimée.

Su tío, Etiéen-Jean Delécluze, asumió el papel de educador de Eugène y de su hermano Adolphe, y ejerció una importante influencia en su vida. Rechazó asistir a l’Ècole des Beaux-Arts y a la Academia, y durante toda su vida combatió a estas dos instituciones y lo que éstas representaban. Su formación, en gran medida, fue autodidacta, ya que desde muy pronto Viollet decidió que nada podía sustituir a la experiencia propia y a la observación.

Entre 1831 y 1837 realizó una serie de viajes de estudio por territorio francés, Italia y Sicilia. En ellos le acompañaban su tío Delécluze, Emile Millet, joven músico y amigo íntimo, y su hermano Adolphe. En Francia visitó la Provenza, Normandía y la región de los Pirineos. De esta experiencia, dejó carpetas enteras llenas de dibujos y apuntes de increíble calidad y precisión. Tras su viaje a Italia, Viollet decidió que estaba preparado e inició su intensa actividad profesional.
Con diecinueve años contrajo matrimonio con Elisabeth Tempier.


- Vida profesional: La figura de Viollet-le-Duc como arquitecto se asocia fundamentalmente con el movimiento medievalista, corriente estética que había surgido en Europa en las primeras décadas del siglo XIX.
Desde muy joven vivió la necesidad de atender al mantenimiento de los monumentos medievales de Francia -que sufrían un creciente abandono-, debido a su amistad con el primer Inspector General de Monumentos Antiguos, Ludovit Vittet, íntimo amigo de su tío y asiduo visitante de sus tertulias, y de su sucesor en el cargo, Prospero Mérimée. En 1837, la labor de estos personajes determinó la creación de la Commission de Monuments Historiques.

Con Vittet y Mérimée como mentores, Viollet fue nombrado en 1838 auditor de la Comisión y en 1840 se le encargó un informe para la restauración de la abadía de Vézelay. Fue ésta la primera ocasión en que entró en contacto con las formas medievales. A partir de este momento, inició sus estudios críticos sobre la forma de construir gótica. Junto a Mérimée, además, realizó una serie de viajes de inspección por toda Francia.

A la restauración de Vézelay siguió su nominación como segundo inspector en los trabajos de Sainte Chapelle de París, cuya dirección estaba a cargo de Lassus. Juntos formaron un eficaz equipo que se vio interrumpido con la muerte de Lassus acaecida en 1857. Trabajaron en Saint-Germain l'Auxerrois y en Notre Dame de París, donde formaron además un equipo de artesanos expertos en la restauración gótica. La última parte de la restauración de Notre Dame fue dirigida por Viollet en solitario debido a la muerte de Lassus.

En 1846 fue nombrado jefe de la oficina de Monumentos Históricos y se le encargó la restauración de la abadía de Saint-Denis. En 1853 pasó a ser uno de los inspectores generales de Edificios Diocesanos.


En estos mismos años (1844-1847), inició su labor literaria sobre teoría de la arquitectura. Escribió un total de nueve artículos para la revista Annales Archéologiques, dirigida por Alphonse Napoleón Didron, donde expuso por primera vez sus teorías sobre el gótico como estilo racional. Los principios básicos establecidos en ellos constituyen el núcleo de interpretación del gótico; el resto de sus obras serán una ampliación y un razonamiento de estos principios.

Tras estos primeros escritos, Viollet se impuso un amplísimo programa con el que plasmar su visión de la arquitectura. El desarrollo del mismo le ocupó con mayor o menor intensidad el resto de su vida. Su primer gran proyecto fue el Dictionnaire raisonné de l'architecture française, publicado en diez volúmenes entre 1854 y 1868, una auténtica Enciclopedia de la arquitectura en la que muestra ideas muy originales; el segundo gran proyecto fue el Dictionnaire raisonné du Mobilier française de l'époque carlovingienne a la Renaissance, publicado en seis volúmenes entre 1858 y 1873, de carácter igualmente enciclopédico.

Pero, sin duda, la obra que tuvo una mayor repercusión fue Entretiens sur l'architecture (1858-1872), que contenía sugerencias originales acerca de la forma y el contenido que podría asumir la nueva arquitectura, basada en sus ideas de estilo racional. Las ideas de Viollet-le-Duc fueron luego aceptadas por arquitectos como Gaudí, Frank Lloyd Wright, Perret y Mies van der Rohe, y tuvieron una influencia determinante en la formación de la nueva arquitectura en el siglo XX.

En 1857 abrió su propio taller para la formación de nuevos arquitectos, con alumnos provenientes del taller de Labrouste, clausurado en 1856. Su inauguración fue considerada un acontecimiento y fue recogido en todas las revistas especializadas de la época. Sin embargo, la sobrecarga de trabajo le obligó a clausurarlo a los pocos años, acontecimiento igualmente recogido en la prensa por la pérdida que suponía en el panorama de la formación de nuevos arquitectos.


Además de un notable número de artículos, informes y memorias, su obra escrita se continúa con una serie de libros que enlazan con la vocación didáctica iniciada en los Entretiens. Entre otros, hay que citar Historie d’une maison, de 1873; Historie d’une forteresse, de 1874; Historie de l’habitation humaniene depuis les tempes préhistoriques jusqu’à nos jours, de 1875; Historie d’un hôtel de villa et d’une cathédral de 1878, etc. A estos y otros escritos, se unieron al final de sus días obras como L'art russe, ses origines, ses éléments constitutifs, son apogée, son avenir, de 1877, donde presenta un particular análisis del arte ruso; y finalmente De la décoration appliquée aux édifices, aparecido el mismo año de su muerte (1879).

Con la llegada al poder de Napoleón III, Viollet fue introducido en los círculos cortesanos nuevamente de la mano de su amigo Mérimée. Viollet trabajó inicialmente en la corte en las escenografías de representaciones teatrales de ámbito palaciego, y en decorados para las ceremonias oficiales celebradas en Notre Dame. Igualmente acondicionó y decoró los vagones del tren imperial. A estos primeros encargos siguieron otros más importantes hasta hacerse cargo de la impresionante restauración de la nueva residencia de verano de los emperadores el castillo de Pierrefonds.

En estos años también intentó la reforma de l'École des Beaux-Arts, contando para ello con el apoyo del emperador y su gobierno que, en 1863, promulgaron un decreto por el que quedaban separadas la Academia de l’École, con lo que la actividad arquitectónica se desligaba, en la formación y en el ejercicio de la profesión, del resto de las artes. Igualmente importante fue su nombramiento como profesor de Historia del Arte y Estética en l'École de París, desde donde trató de realizar una profunda reestructuración en la formación del arquitecto, adecuándola a las nuevas necesidades de su época. Sin embargo, sus novedosas posiciones provocaron un gran rechazo que determinó su abandono del cargo a los pocos meses.

Murió el 17 de septiembre de 1879 en su residencia de descanso en las afueras de Lausanne.


- Sus teorías sobre la arquitectura: Sus ideas arquitectónicas influyeron de forma decisiva en la creación de una teoría moderna de la arquitectura.
Su acercamiento a la arquitectura histórica tiene lugar desde el abandono de las ideas del pintoresquismo, de la valoración romántica de las ruinas propia del momento y desde un análisis racional. Desde este punto de vista se produce su acercamiento al gótico y, posteriormente, al resto de los estilos históricos. Es desde esta perspectiva desde donde su influencia se proyecta a la arquitectura del siglo XX.

Su conocimiento del gótico encontró su fundamento en su labor de restauración, en la que realizaba un estudio detenido y profesional que llevó a sus interpretación de las nervaduras góticas como irreprochables soluciones constructivas. Posteriormente, el resto de los elementos del gótico fueron igualmente analizados e interpretados como soluciones constructivas. Viollet concluyó que la arquitectura gótica es susceptible de un análisis razonado y que su economía constructiva es superior a la de cualquier otro estilo del pasado.

Sin duda, su visión sobre el gótico y sus restauraciones son los aspectos de su obra que más se conocen, pero no son los únicos elementos de su actividad. En sus textos reflexionó sobre otros muchos puntos de la arquitectura. El acercamiento a la historia de la arquitectura y a las artes industriales que realiza en sus Dictionnaires muestra unas ideas novedosas en las que la concepción de estilo arquitectónico es, por primera vez, una visión abstracta que difiere de las ideas de clasificación propias del momento.

Bajo estos planteamientos, pronto se dio cuenta de que, para transformar la arquitectura francesa del momento, era necesario una teoría más amplia que la basada sólo en el gótico. Reanudando la tradición racionalista de los siglos XVII y XVIII, trató de demostrar que no sólo el gótico, sino también el arte griego, el bizantino y, en general, toda la buena arquitectura, se basaban en un sistema racional de estructuras y de organización y que una nueva arquitectura podía nacer de la interpretación de los principios derivados de los estilos históricos en el contexto social del siglo XIX.


Dentro de esta disyuntiva decimonónica, Viollet apunta que el pasado puede aportar una lección importante, pero nunca se puede convertir en una solución formal sin mayor reflexión. En este sentido hay que destacar su preocupación por las condiciones de ese nuevo estilo donde el hierro fundido, nuevo material recientemente aportado a la construcción de edificios, adquiere un papel muy destacado. En su obra aplicada lo utilizó exclusivamente en las rehabilitación de las cubiertas, pero en su obra teórica le concedió una mayor importancia, ya que proyectó grandes espacios diáfanos conseguidos mediante la construcción de estructuras de hierro fundido.

Finalmente, Viollet tiene también una importante vertiente como constructor de obras de nueva planta. En estas obras existe una innegable inspiración medieval, que en algunos casos se extiende al primer renacimiento francés. Sin embargo, su obra de nueva planta pone de manifiesto la profundidad de sus reflexiones acerca de la idea abstracta de estilo, ya que en ella se muestra distante del estilo neogótico, entendido como un simple revival; para él la arquitectura no puede ser una simple repetición del pasado. Así realizó una serie de originales obras en las que intentó demostrar que el gótico podía emplearse como la base de un estilo propio de las necesidades y de las ideas del siglo XIX. Comenzó en 1846 la Maison Courmont (6 Rue de Berlín, ahora 28 Rue de Liège), construida para Courmont, alto funcionario francés íntimo amigo de Prosper Mérimée. En ella, los detalles góticos se aplicaron a la fachada de un estilo parisiense tradicional. Tras esta obra realizó otras, entre las que se encuentra su propia vivienda, obras que han sido profundamente criticadas, tanto por el acercamiento que hacen al neogótico como por la bondad de su arquitectura. Lo que es indudable es que, en todas ellas, Viollet trató de realizar unos planteamientos novedosos con los que sustentar la nueva arquitectura. Los críticos han considerado que sus obras practicas han estado muy por debajo de su magnífica obra teórica.


- Obras principales:

Maison Courmont, París 1846-1848.
Saint-Gimer, Carcasona, 1852-1858.
Château de Dornach, 1854-1856.
Maison Milon, 15 rue de Douai, París, 1857-1860.
École Polonaise, 80 Boulevard Montparnasse, París, 1858-1860.
Chapelle, du Petit Séminaire, rue de Vaugirard, París, 1861.
Saint-Denis de l'Estrée, Saint-Denis, 1860-1866.
Maison Sabatier, hoy École Sécondaire d'agriculture, Pierrefonds, 1860-1863.
Maison Viollet-le-Duc, 68 rue Condorcet, París, 1861-1862.
Iglesia Aillant-sur-Tholon, 1863-1865.
Maison Sauvage, París, 1863-1864.
Château d'Arragori, cerca de Hendaya, 1864-1866.
Tumba del Duque de Morny, Père Lachaise, París, 1865-1866.
Château Jacquescon, Châlons-sur-Marne, 1865-1867.
La Vedette, 29 Avenue du Leman, Lausana, 1874, actualmente desaparecida.
Capilla protestante, Avenue du Rumine, Lausana, 1876-1877.


(Fuente: mcnbiografías.com)


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