miércoles, septiembre 26
BIOGRAFIA. NICANOR PLAZA
Nicanor plaza nació en el Villorrio de Renca, hacia el poniente de Santiago, en 1844. al igual que Blanco, de origen humilde, procedía de una familia de extracción campesina. En aquellos años de su nacimiento todos los terrenos en torno al cerro Renca eran fundos y chacras, dedicados a los cultivos con que se abastecía la ciudad de Santiago, distante algunos kilómetros.
Ingreso a los 14 años a los cursos de M. François a estudiar escultura ornamental y tallada en madera de carácter artesanal, en el primer año.
Nicanor Plaza se destaco desde los comienzos de los estudios y recibió los premios, hasta culminar con la pensión que otorgaba a los alumnos mas destacados el gobierno.
En 1863 se le consiguió una beca de estudios en Europa, ingreso al taller del escultor Jouffroy, donde estuvo 3 años. En los anales de la Universidad de Chile de 1866 se daban noticias de los progresos realizados por un joven escultor llamado Nicanor Plaza.
Mientras era estudiante de Jouffroy, el gobierno de Estados Unidos llamo a un concurso internacional para perpetuar la memoria de “El Ultimo de los Mohicanos”. Participo con un proyecto acabado que puso por titulo “The Last of the Mohicans”, con caracteres góticos. No recibió distinción.
Salido del taller de Jouffroy, trabajador incansable, hombre de temple y ambición muy fuerte, abrió taller propio en 1866, en la capital de Francia y se dedico al ejercicio profesional.
El mismo año concurrió al salón oficial con el busto de mármol de Francisco Javier Rosales. Al año siguiente el envío fue mas nutrido, recibiendo en 1867 una distinción por Caupolicán, se trataba del mismo proyecto para el ultimo de los mohicanos. Esa obra no representa el tipo característico de los araucanos. Jamás usaron aros en las orejas, tocado de plumas en la frente ni carcaja como la que aparece en el suelo, entre las piernas.
Para el centenario, Richon Brunet fue el que tuvo la iniciativa de que fuera colocada sobre un peñón en el cerro Sta. Lucia . la idea fue excelente porque, incorporaba al paisaje agreste de este jardín, se perpetua el mito de un Caupolicán genuino y de valor artístico. Siendo este, un trabajo de estudiante de arte aun inmaduro.
Entre 1866 y 1871 año en que el gobierno lo llama para que asuma el cargo de M. François.
Los progresos se miden comparando El Jugador de Chueca con Caupolicán. No se trata ya de un estudio ni de una pose típica de academia, sino una escultura de estilo académico que respira naturalidad, equilibrio y lo que se buscaba: belleza adolescente de miembros finos con una musculatura en acción.
La obra maestra de Nicanor Plaza es “La Quimera”, existente en nuestro museo nacional de bellas artes, al igual que “El Jugador de Chueca”.
Esta escultura es un mármol que cabe en la calidad de exquisito desmoldado, por el tratamiento del rostro con los ojos entornados, los senos tan nacientes como castos y la redondez de sus brazos y la suavidad de las manos, fruto de un ensueño cuajado en mármol dócil.
La claridad y el equilibrio estatuario tienden a retorcerse en una forma casi convulsiva que se atenúa por contrastes con los retorcimientos de un dragón con las alas de un arcángel, extraña mezcla de alegorías. También lo son las rosas caídas al pie del peldaño desde el que bajan unos pies perfectos, a punto de pisar los extremos de unas ramas con espinas.
Estos elementos caen en lo literario y perjudican la belleza estatuaria pura, plena de elocuencia con sólo el cuerpo lozano y los sentimientos que lo estremecen. Es una concesión al gusto de la época, mal gusto, diríamos, sino estuviera atenuado por la finura de la técnica y por la destreza del tallado.
En 1891 Nicanor Plaza expresa el drama que vivía el país con la guerra civil en la hermosa composición, escultura pura, de sello romántico, sin alegorías, titulada “Protección”. Los desmanes producidos después del desenlace lo llevaron a ejecutar una obra formada por dos figuras femeninas, una madre y su hija. La primera, en la plenitud, abraza a la segunda, en la nubilidad. Es un juego de contrarios en las formas de las expresiones.
También en la disposición de las cabezas que se orientan en dirección contraria.
Son también el pasado y futuro y dos actitudes sensibles diversas, de la experiencia y la inocencia desgarrada. La madurez no llora y es más estoica.
Bellos los rostros, hermosos los cabellos en sus ensortijados movimientos.
En 1874 tuvo que viajar a Europa por encargo del gobierno para realizar la estatua de Andrés Bello, que ahora se encuentra en la casa central de la Universidad de Chile. Trató de conseguir una beca para su discípulo Arias y llevarlo consigo. Al no conseguirla, le pagó todo al embarcarse en el mes de julio en un viaje largo por el Estrecho de Magallanes.
Al finalizar el siglo Plaza se había trasladado a Florencia donde había instalado su taller. Formado en Europa, sentía en su partida la nostalgia por los ambientes saturados de artes y de historia. Pudo llevar los años finales de su vida su estilo mas amado, pero enfermo de artritis y persistiendo en trabajar con sus manos agarrotadas como un nuevo Aleijadinho, le fueron amputadas. Luego perdió uno de sus brazos, antes de morir en 1917, lejos de su patria, en la Florencia abonadas por las cenizas de los artistas gloriosos de la historia universal del arte.
ARTE NACIONAL: EL JUGADOR DE CHUECA
Autor: Nicanor Plaza
Técnica: Escultura en bronce
Colección: Museo Nacional de Bellas Artes
Técnica: Escultura en bronce
Colección: Museo Nacional de Bellas Artes
A la obra “El jugador de chueca” se la
identifica por parte de los críticos como una de las mejores esculturas
de Nicanor Plaza. A pesar de la idealización romántica del indígena y el
apego a patrones estilísticos europeos, se trata de una pieza de
volúmenes precisos que hablan de un modelado pulcro. Las líneas son
finas y el equilibrio de la figura se encuentra apoyada en la vara que
no es un mero elemento decorativo.
JUEGOS TIPICOS: EL PALO ENSEBADO
Para jugar al palo ensebado hay que tener piernas y brazos fuertes que permitan sujetarse pese a lo resbaloso de la grasa.
Este juego consiste en un palo o vara de 20 centímetros de diámetro y de 5 a 6 metros de alto que se encuentra enterrado en tierra. El palo untado en grasa deberá ser trepado para alcanzar el premio que está en la cima.
El objetivo es subir, resbalando una y otra vez hasta que uno de los competidores logra atrapar el premio que puede consistir en billetes, gallinas, botellas de vino, o simplemente una hermosa bandera chilena.
* Origen:
Durante los siglos XVI y XVII en Nápoles había fiestas populares donde en medio de una plaza pública se colocaba una pequeña montaña artificial que simbolizaba el volcán Vesubio. De su cráter salían en erupción salchichones y comida, queso y pastas. La gente acudía para comerse esos alimentos. Este juego se llamaba “cucaña”.
Después la montaña se cambio por un alto poste del que colgaban salchichones y aves. Cuando se convirtió en un palo derecho y alto, se le untó de jabón y se le llamó palo ensebado.
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