Los cóndores son aves carroñeras que sólo se encuentran en el hemisferio occidental. Dos especies son reconocidas: el Cóndor Andino (Vultur gryphus) en América del Sur y el Cóndor Californiano (Gymnogyps californianus) en América del Norte.
El cóndor es miembro de la Familia Cathartidae, palabra derivada del griego kathartes que significa "el que limpia", palabra que explica claramente su función biológica en el ecosistema, pues es una especie carroñera. Cóndor se deriva de la palabra quechua cúntur, que significa "ave de rapiña".
Los cóndores habitan en lugares donde se presentan vientos o corrientes ascendentes de aire caliente razonablemente confiables para volar alto. Estos sitios le proporcionan un ambiente suficientemente despejado como para descubrir y llegar a las fuentes de alimento y suministros adecuados de carroña. Un estudio sobre los cóndores en Chile señala que los cóndores vuelan alto preferentemente cuando los vientos son moderados (25-48 km/h), y con menor frecuencia con vientos fuertes, es decir, de más de 64 km/h.
Los cóndores poseen un comportamiento social complejo que les permite aumentar las probabilidades de hallar su alimento. Con sus alas muy desarrolladas y un planeo perfecto, pueden planear durante horas y recorrer grandes distancias en busca de animales muertos. Cuando un cóndor localiza un cadáver, vuela en círculos, dando la señal para que otros se acerquen. Llegado el momento de comer, se respeta la jerarquía: primero lo harán los machos adultos, luego las hembras adultas y finalmente los cóndores jóvenes.
Con su pico fuerte y afilado puede abrir los cueros más duros que otros carroñeros no pueden romper. Su cabeza y cuello desprovistos de plumas, facilitan la tarea de eliminar los restos de sangre o carroña que se le adhieren al meter su largo cuello dentro de los cadáveres. Sus patas poseen cuatro dedos, tres dedos delanteros grandes con uñas romas y poco curvadas, y un cuarto dedo opuesto poco desarrollado, fuera del plano de los anteriores, característica de un ave carroñera, muy similar a las de las gallinas. Al no poseer garras no pueden llevar su alimento en las patas como lo haría un ave cazadora, por lo que en el buche ubicado en la base del cuello, puede llegar a transportar hasta 4 kg de alimento. Sus ojos, ubicados a los costados de la cara le otorgan una visión extraordinaria.
El ciclo reproductivo del cóndor, desde el cortejo, apareamiento, incubación y nacimiento del polluelo y abandono del nido, dura aproximadamente dos años. El celo transcurre durante los meses de agosto- septiembre. El cortejo se evidencia en danzas nupciales en tierra firme. Luego de la cópula la hembra deposita un solo huevo en cuevas o grietas que le sirven de nido, el cual corresponde al lecho pedregoso o de arenisca del lugar. El período de incubación es de 54 a 65 días, y es compartida entre el macho y la hembra. Tienen una baja tasa reproductiva, una cría cada dos o tres años. El pichón permanece en el nido entre seis a ocho meses, periodo durante el cual los padres le traen el alimento en su buche. A los seis meses ya intenta dar sus primeros vuelos en el área inmediata a su lugar de nacimiento y a los nueve el juvenil está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos. De ellos asimilara los conocimientos ancestrales básicos para su supervivencia. Al cabo de un año y medio o dos se integra a la población local, y disputa un lugar en la carroña. La madurez sexual se manifiesta entre los ocho y diez años, y un adulto puede llegar a vivir 50 años.
El cóndor es un animal exclusivamente carroñero, esto quiere decir que no mata ni caza para comer, sino que se alimenta de cadáveres de animales o carroña, sin embargo, cuando la carroña escasea, ataca a animales vivos, y de hacerlo elige a los recién nacidos, enfermos y moribundos o come huevos de otras aves.
Son capaces de alimentarse de mamíferos muertos de cualquier tamaño. Entre sus preferidos están la carroña de camélidos, (guanaco, vicuña, llama y alpaca), aunque también se alimenta de roedores y ganado. En las regiones costeras y en regiones áridas, el mar produce más alimentos para los cóndores que la tierra (los mamíferos que pastan son menos abundantes), por lo que la carroña marina es de gran importancia en su dieta.
El cóndor cumple una función biológica fundamental en lo que se denomina la cascada de carroñeros, ya que gracias a su poderoso y afilado pico, es el único que puede romper los gruesos cueros de los animales mayores como puede ser una vaca o un guanaco. Esto permite que luego de comer, puedan alimentarse otros carroñeros más pequeños, como caranchos (Polyborus plancus), chimangos o tiuques y jotes, entre otros.
Luego de comer, los cóndores se reúnen en los posaderos, paredones altos y escarpados donde descansan y duermen. Estos paredones poseen la característica de estar manchados con sus fecas (manchas blancas en las repisas donde se posan).
Esta especie, a pesar de su importancia ecológica y simbólica, se encuentra clasificada como Vulnerable en todo el país. La baja tasa de reproducción, el ser tomados permanentemente como blanco de inescrupulosos cazadores que los eligen como trofeo, el envenenamiento por ingestión de balas de plomo o carroña envenenada con cebos tóxicos, y la alteración del ambiente causada por la expansión del desarrollo humano son sólo algunas de las causas que explican esta situación.
El cóndor es miembro de la Familia Cathartidae, palabra derivada del griego kathartes que significa "el que limpia", palabra que explica claramente su función biológica en el ecosistema, pues es una especie carroñera. Cóndor se deriva de la palabra quechua cúntur, que significa "ave de rapiña".
Los cóndores habitan en lugares donde se presentan vientos o corrientes ascendentes de aire caliente razonablemente confiables para volar alto. Estos sitios le proporcionan un ambiente suficientemente despejado como para descubrir y llegar a las fuentes de alimento y suministros adecuados de carroña. Un estudio sobre los cóndores en Chile señala que los cóndores vuelan alto preferentemente cuando los vientos son moderados (25-48 km/h), y con menor frecuencia con vientos fuertes, es decir, de más de 64 km/h.
Los cóndores poseen un comportamiento social complejo que les permite aumentar las probabilidades de hallar su alimento. Con sus alas muy desarrolladas y un planeo perfecto, pueden planear durante horas y recorrer grandes distancias en busca de animales muertos. Cuando un cóndor localiza un cadáver, vuela en círculos, dando la señal para que otros se acerquen. Llegado el momento de comer, se respeta la jerarquía: primero lo harán los machos adultos, luego las hembras adultas y finalmente los cóndores jóvenes.
Con su pico fuerte y afilado puede abrir los cueros más duros que otros carroñeros no pueden romper. Su cabeza y cuello desprovistos de plumas, facilitan la tarea de eliminar los restos de sangre o carroña que se le adhieren al meter su largo cuello dentro de los cadáveres. Sus patas poseen cuatro dedos, tres dedos delanteros grandes con uñas romas y poco curvadas, y un cuarto dedo opuesto poco desarrollado, fuera del plano de los anteriores, característica de un ave carroñera, muy similar a las de las gallinas. Al no poseer garras no pueden llevar su alimento en las patas como lo haría un ave cazadora, por lo que en el buche ubicado en la base del cuello, puede llegar a transportar hasta 4 kg de alimento. Sus ojos, ubicados a los costados de la cara le otorgan una visión extraordinaria.
El ciclo reproductivo del cóndor, desde el cortejo, apareamiento, incubación y nacimiento del polluelo y abandono del nido, dura aproximadamente dos años. El celo transcurre durante los meses de agosto- septiembre. El cortejo se evidencia en danzas nupciales en tierra firme. Luego de la cópula la hembra deposita un solo huevo en cuevas o grietas que le sirven de nido, el cual corresponde al lecho pedregoso o de arenisca del lugar. El período de incubación es de 54 a 65 días, y es compartida entre el macho y la hembra. Tienen una baja tasa reproductiva, una cría cada dos o tres años. El pichón permanece en el nido entre seis a ocho meses, periodo durante el cual los padres le traen el alimento en su buche. A los seis meses ya intenta dar sus primeros vuelos en el área inmediata a su lugar de nacimiento y a los nueve el juvenil está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos. De ellos asimilara los conocimientos ancestrales básicos para su supervivencia. Al cabo de un año y medio o dos se integra a la población local, y disputa un lugar en la carroña. La madurez sexual se manifiesta entre los ocho y diez años, y un adulto puede llegar a vivir 50 años.
El cóndor es un animal exclusivamente carroñero, esto quiere decir que no mata ni caza para comer, sino que se alimenta de cadáveres de animales o carroña, sin embargo, cuando la carroña escasea, ataca a animales vivos, y de hacerlo elige a los recién nacidos, enfermos y moribundos o come huevos de otras aves.
Son capaces de alimentarse de mamíferos muertos de cualquier tamaño. Entre sus preferidos están la carroña de camélidos, (guanaco, vicuña, llama y alpaca), aunque también se alimenta de roedores y ganado. En las regiones costeras y en regiones áridas, el mar produce más alimentos para los cóndores que la tierra (los mamíferos que pastan son menos abundantes), por lo que la carroña marina es de gran importancia en su dieta.
El cóndor cumple una función biológica fundamental en lo que se denomina la cascada de carroñeros, ya que gracias a su poderoso y afilado pico, es el único que puede romper los gruesos cueros de los animales mayores como puede ser una vaca o un guanaco. Esto permite que luego de comer, puedan alimentarse otros carroñeros más pequeños, como caranchos (Polyborus plancus), chimangos o tiuques y jotes, entre otros.
Luego de comer, los cóndores se reúnen en los posaderos, paredones altos y escarpados donde descansan y duermen. Estos paredones poseen la característica de estar manchados con sus fecas (manchas blancas en las repisas donde se posan).
Esta especie, a pesar de su importancia ecológica y simbólica, se encuentra clasificada como Vulnerable en todo el país. La baja tasa de reproducción, el ser tomados permanentemente como blanco de inescrupulosos cazadores que los eligen como trofeo, el envenenamiento por ingestión de balas de plomo o carroña envenenada con cebos tóxicos, y la alteración del ambiente causada por la expansión del desarrollo humano son sólo algunas de las causas que explican esta situación.
(Fuente:educarchile)