(Penco, 1925 – Santiago, 1994)
Artista perteneciente a la Generación del 40.
Estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde fue discípulo de Pablo Burchard, Carlos Pedraza e Israel Roa. Luego fue profesor de esta Institución.
En 1957 viajó a Italia, España y Francia, radicándose más tarde en Venecia, donde estudia con el pintor Bruno Saetti.
A su regreso fue nombrado profesor de la Escuela de Arquitectura de la U. de Chile, y más tarde de la Escuela de Bellas Artes de la misma Institución.
- Vida:
Pintor chileno. Nació en Penco, Concepción, en 1925 y falleció en Santiago el 16 de marzo de 1994.
Se interesó primero por la música, pero a los 12 años, mientras estudiaba en la escuela primaria, empezó a dibujar para una revista de arte. Ocho años después llegó a Santiago para estudiar Pedagogía en Artes Plásticas en la Escuela de Bellas Artes, donde fue discípulo de Pablo Burchard, Arturo Gordon y Pedro Luna entre otros.
En 1954 fue nombrado asesor de la sala de exposiciones del Ministerio de Educación. En 1957 viajó a Europa con una beca, premio de la Facultad de Arte de la Universidad de Chile. Recorrió España, Francia e Italia, país en el que estudió con el pintor Bruno Saetti, en Venecia. Desde 1958 a 1980 se dedicó a la formación de nuevas generaciones, ejerciendo la docencia en las facultades de Arte y Arquitectura en la Universidad de Chile.
- Trayectoria:
Artista perteneciente a la generación del 40.
Villaseñor es un pintor intimista, de luminoso cromatismo y rica composición producto de un agudo ojo observador de las cosas sencillas, de los elementos domésticos y de las antigüedades evocadoras del pasado.
La temática de Villaseñor se centró en lo popular: en las entretenciones infantiles, en el colorido ambiente de la feria, en la carpa de circo, el organillero, el carrito de maní (“Manicero”) y también en paisaje de playa (“Paisaje marino”), naturalezas muertas (“Naturaleza muerta con cardos”)y otras figuras. La naturaleza fue para él una fuente inagotable de inspiración transformando esa realidad en sus creaciones de acuerdo con sus propias vivencias.
Son temas intrascendentes que los “fauves” franceses rescataron y que en el artista chileno adquirieron un cromatismo melancólico, con ambientación de tintas oscuras, de sentida inclinación nostálgica. Su paleta era de pigmentos apastelados, de tonos tizosos y opacos y su trabajo de meticuloso cuidado técnico.
Su espíritu siempre estuvo en una búsqueda constante, reiterando motivaciones en exigente análisis e indagando en un ahondamiento pictórico esencial, independizado de formalidades rígidas; la manera de ubicar el color, de tratar el dibujo y plantear la escena fue importantísimo para Villaseñor.
Su vida estaba totalmente dedicada al taller o bien a pensar en futuras obras. Vivió intensamente su pasar de artista plástico y también de ese otro oficio, el de docente en la Escuela de Bellas Artes.
(Fuente: wordpress.com)