Los viejos antropólogos nunca mueren,
simplemente se vuelven historia.
Los viejos astronautas nunca mueren,
simplemente se van a otro mundo.
Los viejos banqueros nunca mueren,
simplemente pierden interés.
Los viejos compositores nunca mueren,
simplemente se descomponen.
Los viejos contadores nunca mueren,
simplemente pierden su balance.
Los viejos decanos nunca mueren,
simplemente pierden sus facultades.
Los viejos electricistas nunca mueren,
simplemente pierden el contacto.
Los viejos esquimales nunca mueren,
simplemente se enfrían.
Los viejos geómetras nunca mueren,
simplemente están en otro plano.
Los viejos hipocondriacos nunca mueren,
simplemente se lo imaginan.
Los viejos hombres del tiempo nunca mueren,
simplemente el tiempo deja de importarles.
Los viejos informáticos nunca mueren,
simplemente pierden su memoria.
Los viejos magos nunca mueren,
simplemente desaparecen.
Los viejos matemáticos nunca mueren,
simplemente se desintegran.
Los viejos operadores de ordenadores nunca mueren,
simplemente son archivados indefinidamente en una memoria externa.
Los viejos profesores nunca mueren,
simplemente pierden sus clases.
Los viejos químicos nunca mueren,
simplemente dejan de reaccionar.
Los viejos relojeros nunca mueren,
simplemente sus relojes se paran.
(Fuente: Tomas," Revista en plenitud ")