Marta
Brunet nació en Chillán, el 9 de agosto de 1897
según consta en la página Nº267 del libro
de nacimientos del Registro Civil de Chillán. Sus padres
fueron Ambrosio Brunet Molina, chileno y doña Presentación
Cáraves de Cossio, española. Hija única,
Marta recibió una esmerada educación, a los
11 años ya había cursado sus estudios de primero
y segundo años de enseñanza. Se trasladan a
Victoria (Malleco) donde su padre poseía un fundo en
Pailahueque, lugar que por la altura afectaba el débil
corazón de su madre. Como el Liceo de Niñas
quedaba distante de la casa, sus padres decidieron que la
pequeña tomara clases en su hogar, hasta donde asistían
diariamente los profesores del liceo a impartirle las asignaturas
de Castellano, Literatura, Historia, Geografía y Ciencias
Naturales; desde muy temprano demostró desagrado por
la matemática, rechazándola de plano; por esa
misma fecha sus padres contrataron una institutriz francesa
que le enseñó el idioma, al mismo tiempo que
realizaba ingentes esfuerzos por controlar su carácter
fuerte y travieso.
Marta
rechazaba jugar con muñecas, le molestaba la cara de
éstas con su mirada fija y vacía prefiriendo
la compañía de animales domésticos. A
los siete años escribía teatro para gatos y
perros, su único auditorio. En 1911 viaja con sus padres
a España, Italia, Suiza, Francia, Inglaterra, Alemania
y Portugal, pero el inicio de la I Guerra Mundial los obliga
a regresar al país, no sin antes visitar Argentina,
Uruguay y Brasil.
Su familia
se radicó en Chillán entre los años 1919
y 1923, publicando durante este lapso sus versos y primeros
cuentos en el antiguo y prestigioso diario chillanejo La Discusión.
Comienza por esta misma época a cultivar su amistad
con Hernán Díaz Arrieta (Alone), quien la guía
en sus primeras creaciones y lectura. Lee a Maupassant, D'Aurevilly,
Eca de Queiroz y, posteriormente, a Dostoiewski, Gorki, Andreiv,
Zola. En 1922 en Rari-Ruca, lugar cercano a Curacautín,
comienza a plasmar su primera novela Montaña
adentro que publica en 1923, la excelente acogida que
la crítica le otorgó a su obra, la perfila como
una promisoria escritora. En 1924 fallece su padre y con ello
desaparece su fortuna personal, mientras su madre sufre un
serio trastorno mental, por esta época debe asumir
trabajos de diverso orden, se decide a publicar recetas de
cocina e instala un consultorio de quiromancia.
En 1925
se radica en Santiago desde donde envía notas para
el diario El Sur de Concepción, a la vez que publica
cuentos en La Nación de Santiago y en Caras y Caretas
de Buenos Aires. Bestia dañina
, novela y Don Florisondo, cuento,
aparecen en 1926; al año siguiente la revista Atenea
publica María Rosa, flor de
Quillén, novela.
En
1929 obtiene el Primer Premio en el concurso de cuentos organizado
por el diario El Mercurio. Atraída desde su niñez
por el teatro en 1931 ingresa a la Compañía
Teatral de Aficionados dirigida por el autor dramático
Luis Pizarro Espoz, e integrada por María Luisa Bombal,
Vera Zouroff, Mercedes Orrego de Ugarte y Mariano Casanova,
entre otros. La Compañía realizó representaciones
en los teatros Carrera y Comedia. Durante estos años
lee a Proust, Giraudoux, Pierre Mac Orlan, Valery, Lidia Seifulina
y Leonov. Publica Reloj de Sol
(1930), colección de cuentos. Obtiene el Premio de
Novela en 1933, otorgado por la Sociedad de Escritores de
Chile. Desde 1934 trabajó como redactora en la revista
Familia, editada por Zig-Zag, siendo posteriormente su directora;
en 1938 publica Cuentos para Marisol
y en 1943 Aguas Abajo, cuentos
por el que recibirá el Premio Atenea, conferido por
la Universidad de Concepción a la mejor obra de imaginación
publicada en el país, durante el año. En 1939
abandona la dirección de la revista Familia y el país
para iniciar su carrera diplomática como Cónsul
Honorario de la Plata, designación que recibe del gobierno
de Pedro Aguirre Cerda. Durante su permanencia en Argentina
publica en el diario La Nación y en la prestigiosa
revista Sur, ambos de Buenos Aires. En 1943, el gobierno de
Juan Antonio Ríos la designa Cónsul de Profesión
adscrito al Consulado General de Chile, en Buenos Aires.
En
estos años lee novelistas hispanoamericanos, entre
los que se destacan Eduardo Malloa, Jorge Luis Borges y Miguel
Angel Asturias; en 1946 recibe el Premio "al mejor libro
del mes" otorgado por el Pen Club de Chile y el Club
del Libro de Buenos Aires, por su novela Humo
hacia el Sur, el jurado estuvo integrado por Enrique Amorín,
Adolfo Bioy Casares, Ricardo Baeza, Pedro Henríquez
Ureña y Jorge Luis Borges. En 1947 actúa como
Vicepresidente de la Comisión del Congreso Americano
de Escritores, efectuado en Buenos Aires, bajo los auspicios
de la Sociedad Argentina de Escritores.
El gobierno
de Gabriel González Videla la designa Tercer Secretario
de la Embajada de Chile, en Buenos Aires, ascendiendo luego
al puesto de Segundo Secretario. En 1949 publica Raíz
del Sueño y tres años más tarde,
bajo la presidencia de Carlos Ibáñez del Campo
renuncia al cargo de segundo secretario, regresando a Chile
en 1953 y radicándose en Santiago. Su novela María
Nadie, aparece en 1957 y al año siguiente interviene
en el Segundo Encuentro de Escritores Chilenos, efectuado
en Julio, en Chillán. Presenta dos trabajos: Experiencias
de mi vida literaria y El mundo
mágico del niño. En 1960, viaja a España
con el objeto de someterse a una delicada intervención
quirúrgica a la vista, año en que además
publica un volumen de versos Aleluyas
para los más chiquititos.
En
1961 obtiene el Premio Nacional de Literatura, cuyo jurado
o Tribunal Supremo estaba integrado por el Rector de la Universidad
de Chile, Juan Gómez Milla, quien lo preside; en representación
del Ministro de Educación, el escritor Eduardo Barrios;
por la Academia Chilena de la Lengua, el abogado Pedro Lira
Urquieta y por la Sociedad de Escritores de Chile, los escritores
Manuel Rojas y Hernán del Solar, quienes le otorgaron
dicha distinción por unanimidad. Marta Brunet es el
vigésimo premio y la segunda mujer que recibe el máximo
galardón conferido por el país a sus escritores
más destacados.
A comienzos
de 1962, regresa a Chile y visita su tierra natal, Chillán.
El 7 de junio de 1962, en un acto público, es declarada
"Hija Ilustre de Chillán" por la Municipalidad,
distinción que la emocionó hasta las lágrimas.
En septiembre de este mismo año regresa como directora
de la Escuela de Temporada de la Universidad de Chile, en
Chillán, dictando un curso de literatura: "Seis
escritores americanos actuales". En ese mismo año
publica su última novela Amasijo
y en 1963 aparecerán su Obras
Completas. De regreso a Santiago, en octubre es nombrada
Adicto Cultural en la Embajada de Chile en Brasil y en diciembre
del mismo se le designa con igual cargo en Uruguay, lugar
en que la sorprende la muerte, mientras agradecía su
incorporación como Miembro de Honor de la Academia
de la Lengua Uruguaya, el 27 de octubre de 1967. Su tumba
se encuentra en el Cementerio General señalando el
sitio un monolito esculpido por Marta Colvin.
( Fuente: www.ubiobio.cl )
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