viernes, marzo 29

HUELLAS EN LA ARENA



 
Una noche en sueños vi
que con Jesús caminaba
junto a la orilla del mar
bajo una luna plateada.

Soñé que veía en los cielos
mi vida representada
en una serie de escenas
que en silencio contemplaba.

Dos pares de firmes huellas
en la arena iban quedando
mientras con Jesús andaba
como amigos conversando.

Miraba atenta esas huellas
reflejadas en el cielo
pero algo extraño observé
y sentí gran desconsuelo.

Observé que algunas veces
al reparar en las huellas
en vez de ver los dos pares,
veia sólo un par de ellas.

Y observaba también yo
que aquel sólo par de huellas
se advertía mayormente
en mis noches sin estrellas.

En las horas de mi vida
llenas de angustía y triteza
cuando el alma necesita
más consuelo y fortaleza.

Pregunte triste a Jessús
" ¿ Señor, tu no has prometido
que en mis horas de aflicción
siempre andarias conmigo.....?

Pero noto con tristeza
que en medio de mis querellas
cuando más siento el sufrir
veo sólo un par de huellas.

¿ Dónde están las otras dos
que indican Tu compañía
cuando la tormenta azota
sin piedad la vida mía ?

Y, Jesús me contestó:
con ternura y comprensión;
" Escucha bien, hija mía,
comprendo tu confusión.

Siempre te amé y te amaré
y en tus horas de dolor
siempre a tu lado estaré
para mostrarte Mi Amor.

Mas si ves solo dos huellas
en la arena al caminar,
y no ves las otras dos
que se debieran notar,
es que en tu hora afligida,
cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas
porque te llevo en mis brazos".


( Autor Anónimo )



viernes, marzo 22

HOJAS DE OTOÑO

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 Cuando las hojas secas caen en otoño, el árbol queda desnudo por varios meses. Si alguien lo viera en esos momentos y no supiera que después, en la primavera, va a reverdecer con nuevas hojas y nuevos bríos, flores y frutos, pensaría que está muerto...

Todos tenemos esos períodos en que las hojas caen y nos quedamos desnudos, algunos por haber perdido un amor o un ser querido, bien sea por la separación definitiva de la muerte, o la separación terrenal de los divorcios o alejamientos.

Ese período desnudo puede ser causado por una etapa de mucha necesidad económica... o tal vez de una enfermedad, un accidente... o de pérdida de valores, status, una prisión u hospitalización.

Sin embargo, siempre hay que tomar ejemplo en la naturaleza y vivir armoniosamente con ella, y de la misma manera que un árbol desnudo después va a reverdecer, así mismo tenemos que pensar que en esos períodos de desnudez, bien sea espiritual, económica, sentimental o de cualquier otro tipo, después vendrán nuevamente las hojas, las flores y los frutos... y el árbol habrá aprendido su lección y ya no estará triste cuando pierda las hojas.


( Autora: Isabel )

" HA LLEGADO EL OTOÑO.

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domingo, marzo 17

BIOGRAFIA: LUDWIG VAN BEETHOVEN



(Bonn, actualmente Alemania, 1770 - Viena, 1827) Compositor alemán. Nacido en el seno de una familia de origen flamenco, su padre, ante las evidentes cualidades para la música que demostraba el pequeño Ludwig, intentó hacer de él un segundo Mozart, aunque con escaso éxito.

La verdadera vocación musical de Beethoven no comenzó en realidad hasta 1779, cuando entró en contacto con el organista Christian Gottlob Neefe, quien se convirtió en su maestro. Él fue, por ejemplo, quien le introdujo en el estudio de Bach, músico al que Beethoven siempre profesaría una profunda devoción.

Miembro de la orquesta de la corte de Bonn desde 1783, en 1787 Ludwig van Beethoven realizó un primer viaje a Viena con el propósito de recibir clases de Mozart. Sin embargo, la enfermedad y el posterior deceso de su madre le obligaron a regresar a su ciudad natal pocas semanas después de su llegada. 

En 1792 Beethoven viajó de nuevo a la capital austriaca para trabajar con Haydn y Antonio Salieri, y se dio a conocer como compositor y pianista en un concierto que tuvo lugar en 1795 con gran éxito. Su carrera como intérprete quedó bruscamente interrumpida a consecuencia de la sordera que comenzó a afectarle a partir de 1796 y que desde 1815 le privó por completo de la facultad auditiva. 

Los últimos años de la vida de Beethoven estuvieron marcados también por la soledad y una progresiva introspección, pese a lo cual prosiguió su labor compositiva, e incluso fue la época en que creó sus obras más impresionantes y avanzadas. 

* Obras de Ludwig van Beethoven:

La tradición divide la carrera de Beethoven en tres grandes períodos creativos o estilos, y si bien el uso los ha convertido en tópicos, no por ello resultan menos útiles a la hora de encuadrar su legado.
La primera época abarca las composiciones escritas hasta 1800, caracterizadas por seguir de cerca el modelo establecido por Mozart y Haydn y el clasicismo en general, sin excesivas innovaciones o rasgos personales. A este período pertenecen obras como el célebre Septimino o sus dos primeros conciertos para piano.

Una segunda manera o estilo abarca desde 1801 hasta 1814, período este que puede considerarse de madurez, con obras plenamente originales en las que Ludwig van Beethoven hace gala de un dominio absoluto de la forma y la expresión (la ópera Fidelio, sus ocho primeras sinfonías, sus tres últimos conciertos para piano, el Concierto para violín).

La tercera etapa comprende hasta la muerte del músico y está dominada por sus obras más innovadoras y personales, incomprendidas en su tiempo por la novedad de su lenguaje armónico y su forma poco convencional; la Sinfonía n.º 9, la Missa solemnis y los últimos cuartetos de cuerda y sonatas para piano representan la culminación de este período y del estilo de Ludwig van Beethoven.
En estas obras, Beethoven anticipó muchos de los rasgos que habían de caracterizar la posterior música romántica e, incluso, la del siglo XX. La obra de Ludwig van Beethoven se sitúa entre el clasicismo de Mozart y Haydn y el romanticismo de un Schumann o un Brahms . No cabe duda que, como compositor, señala un antes y un después en la historia de la música y refleja, quizá como ningún otro –a excepción de su contemporáneo Francisco de Goya–, no sólo el cambio entre el gusto clásico y el romántico, entre el formalismo del primero y el subjetivismo del segundo, sino también entre el Antiguo Régimen y la nueva situación social y política surgida de la Revolución Francesa.

Efectivamente, en 1789 caía La Bastilla y con ella toda una concepción del mundo que incluía el papel del artista en su sociedad. Siguiendo los pasos de su admirado Mozart, Ludwig van Beethoven fue el primer músico que consiguió independizarse y vivir de los encargos que se le realizaban, sin estar al servicio de un príncipe o un aristócrata, si bien, a diferencia del salzburgués, él consiguió triunfar y ganarse el respeto y el reconocimiento de sus contemporáneos.


( Fuente: biografiasyvidas.com )


jueves, marzo 14

GRANDES MUJERES DE LA HISTORIA: JANEQUEO.


Tiempo atrás, cuando el gobernador Sotomayor penetró en el territorio de Arauco, asolando, incendiando rancherías y destruyendo sementeras, obligó a los indios de guerra a replegarse a recónditos lugares de la cordillera de Nahuelbuta, abandonando campos y sembrados ante el alud destructor del potente ejército invasor.

 Uno de los caciques que se vio obligado a abandonar sus tierras y a retirarse a la montaña, fue Huepotaén, señor de Llifén, lugar en que había levantado un fuerte desde el cual causó grandes dolores de cabeza a los españoles. El gobernador Sotomayor, que se hizo famoso por la crueldad y dureza que aplicó en su período, llegó a La Imperial después de pasar como una tromba por el Estado de Arauco. Recordando las dificultades que le había provocado Huepotaén, y no deseando dejar enemigos poderosos a sus espaldas, envió un grueso contingente en su busca.
El cacique, que se había refugiado en las serranías con sus guerreros, no había llevado a su esposa favorita para no exponerla a los azares del clandestinaje. El valeroso araucano amaba entrañablemente a su mujer, hembra de grandes condiciones humanas y físicas. Era tanta la nostalgia que por ella sentía que, no pudiendo soportar más su ausencia, bajó a los llanos en su busca.
Cuando llegó a sus tierras, no halló a Anuqueupu, su amada, que se había refugiado en casa de su hermano Huechuntureo. En los mismos momentos en que salía de la ruca para dirigirse en su busca, le cayeron encima los enviados de Sotomayor. El bravo indio no se inmutó ante la vista de tantos enemigos. Echó mano a la lanza y arremetió contra ellos con fiereza y sin esperanzas. Vanas fueron las ofertas de rendición, sólo respondía a lanzazos gritando: ¡Inche Huepotaén. ¡Huinca tregua! ¡huinca tregua!

 Más pudieron el número y las armas de sus enemigos que su coraje, y al final rindió la vida, regando la tierra de sus padres con su propia sangre.
Cuando Anuqueupu supo la muerte de su marido, sintió una pena y un dolor tan intensos que juró a sus Pillanes vengar la muerte del cacique, y transformarse para los españoles en una pesadilla diez veces más grande de la que había constituido su hombre.
A medida que fueron pasando los días, su amargura se fue trocando en frío odio, y su alma se fue endureciendo hasta cobrar semejanza con su nombre, que en lengua mapuche significa Pedernal Afilado. El padre Ovalle la llama Janequeo, y con ese nombre pasó a la historia, por lo que en adelante la nombraremos así.

 A los pocos días, la valerosa Janequeo cabalgaba al frente de mil doscientos guerreros que comenzaron a campear igual que Sotomayor. En una de esas correrías, una de las patrullas trajo las cabezas de dos españoles que habían cazado mientras se dirigían de Osorno a Villarríca, y las pusieron a los pies de la bella amazona.

 Cuando iban a mitad de camino les alcanzó uno de los espías indios. Llevaba la noticia de que el gobernador había recibido un gran refuerzo en dos barcos enviados por el virrey, con ciento cincuenta soldados y buena cantidad de armamentos y municiones. Janequeo sabía que su hermano Huechuntureo era buscado afanosamente por Sotomayor, y supuso, con justa razón, que con el aporte que acababa de recibir, aumentaría la persecución, poniendo en grave peligro a las tropas mapuches, ya que había reiniciado la destrucción de campos y sembrados, marchando implacable tras ellos.

 Janequeo decidió retirarse a la cordillera, zona impenetrable para los conquistadores, y comenzar la guerra de guerrillas, haciendo caer a sus enemigos en constantes emboscadas y sorpresas nocturnas. Enormemente hábil fue su resolución, pues presentar batalla a las actuales fuerzas de Sotomayor, habría significado el aniquilamiento de sus huestes. En cambio, la interminable serie de acciones que desencadenó Janequeo, no sólo comenzó a desesperar a los españoles en una lucha contra un enemigo invisible, sino que le significó, además., muy buenas presas de bagajes v caballos, como asimismo una o varias cabezas españolas para aumentar sus estandartes.

 Cuando Janequeo supo que sus enemigos estaban levantando otro fuerte, sobre el río Puchangui, resolvió atacarlo en cuanto se fuera el gobernador, e inició la marcha en su demanda. Al aproximarse al campo español, sus tropas fueron avistadas por algunos indios de servicio que corrieron a dar aviso al capitán Aranda. El oficial decidió que era más prudente salirles al encuentro, que quedarse tras las murallas esperando el ataque. Preparó un grupo de veintidós soldados escogidos, fuertemente apertrechados, y enorme cantidad de indios auxiliares.

 Estaba ya con un pie en el estribo, cuando llegó un mensajero bañado en sangre. Dijo que había escapado por gran ventura de la terrible capitana que venía en camino. Aranda apuró la partida y no tardó en encontrarse con la vanguardia de Janequeo. El capitán colocó a sus caballeros en posición de carga y, con el grito de "¡Santiago y a ellos!", se lanzó en feroz embestida. Pero los araucanos repitieron lo mismo que treinta años atrás. Cuando ya los enardecidos caballos estaban por caer sobre ellos, clavaron las picas en tierra y les ofrecieron generosamente sus puntas metálicas.

La carga se deshizo, la mayoría de los jinetes cayeron al suelo y, simultáneamente, los moceros del toqui Melillanca atacaron a los yanaconas que habían cargado detrás de los españoles. El capitán Aranda cayó herido por la lanza de Janequeo que estaba en la primera fila de piqueros. Apenas lo vio en el suelo gritó a sus guerreros:
—¡Corten esa cabeza y dénmela, que quiero levantarla en mi lanza como trofeo de mis glorias!
Ante la horripilante visión, los españoles huyeron despavoridos, perseguidos de cerca por los araucanos. Gran parte de los indios auxiliares, que corrían más atrás, optaron por pasarse a los vencedores. El resto fue apresado y, luego de maniatarles, les llevaron a las tierras donde vivían protegidos por los hispanos. Le pegaron fuego a sus rancherías y sembrados, tal como ellos habían ayudado a Sotomayor a arrasar con los suyos.

 Janequeo continuó asolando y devastando todos los campos de los españoles y de los indios amigos que encontró a su paso. Sólo detuvo su destructora actividad al acercarse el invierno, y decidió retirarse a la sierra y levantar un pucará.
Entretanto Sotomayor, indignado de que una mujer araucana abatiera su ejército y se pasteara victoriosa campeando en libertad, reunió un numeroso contingente y lo mandó en su busca. Luchando contra los barrizales, las lluvias y las crecidas, fueron acercándose lentamente a la fortaleza india.


 Las avanzadas de Janequeo dieron rápido aviso a la capitana, que decidió salir arrojadamente a atacarles, pero al ver que el ejército enemigo era poderoso y venía en gran número, prefirió dar la batalla resistiendo en el fuerte.
Los españoles subieron la ladera y arremetieron contra los sitiados con cerrado fuego de arcabuces, que causó grandes bajas. A medida que se fueron acercando, llegaron al combate cuerpo a cuerpo y encontraron enorme resistencia. La superioridad de las armas españolas se estrelló contra la decisión de los araucanos de impedir que el enemigo traspasara sus murallas. Sobre ellas, los defensores peleaban con ferocidad, animados por la valerosa Janequeo que empuñaba la espada de un español muerto. Daba tajos y reveses, con tal bravura que los atacantes comprendieron que, en esa encarnizada lucha, nada conseguirían, aparte de derramar más sangre de la mucha que ya habían regado en él campo.


 La mitad de los españoles que quedaban se concentraron detrás del pucará y embistieron, con tal ímpetu, que lograron penetrar y atacar a los defensores por la retaguardia. Al verse entre dos fuegos, y para evitar que mataran. inútilmente a sus guerreros, Janequeo hizo sonar los cuernos llamando a retirada, y se fueron perdiendo lentamente en la tupida selva. Los españoles les persiguieron un trecho, e hicieron algunos prisioneros que fueron rápidamente ejecutados, entre ellos el valiente Huechuntureo.
La legendaria Janequeo se internó en las serranías con el resto de sus destrozadas huestes, y los castellanos quedaron, pese a su victoria, con el amargo sabor de la derrota. Nuevamente se les había escapado la india bravia.


-  Janequeo fue una mujer de origen mapuche-pehuenche. Esposa del Lonko Hueputan, quien murió bajo tormentos por mandato del gobernador Alonso de Sotomayor. En su actitud guerrera tuvo el patrocinio de su comunidad - su lof - y con el respaldo de su hermano Huechuntureo fue nombrada Lonko, al mando de los guerreros de la región. La Janekeo o Yanequeo, o  La  Mensajera.


(Fuente:  Tradiciones Coloniales de Carlos Valenzuela Solis de Ovando)


miércoles, marzo 13

BIOGRAFIA: JORGE MARIO BERGOLIO.


Jorge Mario Bergoglio nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio (empleado ferroviario) y Regina (ama de casa). Egresó de la escuela secundaria industrial E.N.E.T Nº 27 (ahora E.T.Nº 27) Hipólito Yrigoyen, con el título de técnico químico. A los 21 años (en 1957) decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita.
Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969. A partir de entonces hizo una larga carrera dentro de la orden de la cual llegó a ser «provincial» desde 1973 hasta 1979, ya durante la Dictadura cívico-militar argentina. (Ver Actuación de Bergoglio durante la dictadura argentina).
 
Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Auca el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los cuatro obispos auxiliares de Buenos Aires.
Cuando la salud de su predecesor en la arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a flaquear, Bergoglio fue designado obispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Tomó el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.

Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II lo creó cardenal del título de san Roberto Belarmino. Además se constituyó en el primado de la Argentina, resultando así el superior jerárquico de la Iglesia católica de este país.
Forma parte de la CAL (Comisión para América Latina), la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
En virtud de su puesto episcopal, es además miembro de la Conferencia Episcopal Argentina ?de la cual fue presidente en dos ocasiones, hasta 2011? y del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano).
Tras dos periodos consecutivos como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el 8 de noviembre de 2011 los obispos electores de ese organismo designaron para reemplazarlo al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del fallecido expresidente argentino Raúl Alfonsín y hasta entonces vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal.

Al morir Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el cardenal Bergoglio, de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido (es decir, el segundo lugar detrás del que fue elegido y convertido en Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger.2 Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión reservada al Sumo Pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato debe tomarse como mera especulación.

En marzo de 2013, el Cardenal Jorge Bergoglio serán uno de los dos cardenales argentinos que participarán del cónclave que elegirá al sucesor del Papa Benedicto XVI.

Fue elegido Papa el 13 de Marzo de 2013, tras 5 votaciones en el conclave después de la renuncia de Benedicto XVII. Bajo el nombre de "Francisco I".
En la Santa Sede es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; del Pontificio Consejo para la Familia y de la Pontificia Comisión para América Latina

Una de las cuestiones en las que el cardenal se enfrentó al gobierno fue el proyecto de Ley de Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo. El 9 de julio de 2010, días antes de su aprobación, se hizo pública una nota de Bergoglio6 calificando como una «guerra de Dios» dicho proyecto, que contemplaba que las personas homosexuales pudieran contraer matrimonio y adoptar niños.7 En la nota del cardenal primado, dirigida a las monjas carmelitas de Buenos Aires, calificaba el avance legislativo del proyecto como «una movida del Diablo» y en la que alentaba a acompañar «esta guerra de Dios» contra la posibilidad de que los homosexuales pudieran casarse. El expresidente Néstor Kirchner criticó las «presiones» de la Iglesia sobre este asunto.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó en duros términos a Bergoglio por la campaña contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, que se debatía en el Congreso, a la que comparó con los «tiempos medievales y de la Inquisición».


- Obras:

1982: Meditaciones para religiosos
1986: Reflexiones sobre la vida apostólica
1992: Reflexiones de esperanza
1998: Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro
2003: Educar: exigencia y pasión
2004: Ponerse la patria al hombro
2005: La nación por construir
2006: Corrupción y pecado
2006: Sobre la acusación de sí mismo
2007: El verdadero poder es el servicio
2012: Mente abierta, corazón creyente